Volverse Sabio Al Parecer Tonto

Admitir que no sabes algo es honesto, valiente y a menudo la mejor opción. Por qué deberíamos arriesgarnos a parecer tontos con más frecuencia.

‘El hombre que hace una pregunta es un tonto por un minuto. El hombre que no pregunta es un tonto de por vida.’

Confucio

En general nos gusta aprender cosas nuevas y sentirnos más sabios. Pero al mismo tiempo, a menudo nos cuesta admitir que no sabemos algo. Preferimos ocultar nuestra ignorancia a parecer tontos.

Si ocultamos nuestra ignorancia y evitamos hacer preguntas, nos perdemos oportunidades para aprender y crecer, además de conectar con la gente que nos importa. Vamos a hablar sobre cómo podemos arriesgarnos más en nuestras vidas profesionales y personales.

La Tentación De Evitar Parecer Tonto

Empecemos con el mundo laboral porque es un buen ejemplo de las interacciones humanas en un contexto grupal.

Voy a usar mi experiencia en el mundo corporativo de las finanzas (en particular, bancos de inversiones). Para los que no sepan cómo es este mundo, permítanme describirlo brevemente:

El mundo de bancos de inversiones (resumido):

  • Hombres (y algunas mujeres) en trajes y reuniones con VIPs para hablar de Transacciones Financieras Muy Importantes.
    Nota: en finanzas, un VIP significa un director de finanzas, no nos reunimos con estrellas de cine ni con Enrique Iglesias desafortunadamente.
  • Hojas de cálculo Excel con complejidad de nivel de la NASA y presentaciones de PowerPoint con un mínimo de 200 diapositivas
  • Noches largas y llamadas de conferencia los fines de semanas (que hacía desde casa en pijama cuando era posible, esperando que el jefe no pudiera oír el llanto del recién nacido del vecino).
  • Miles de correos electrónicos (no leídos).
  • Desayunos, almuerzos y cenas en el escritorio leyendo el ‘Wall Street Journal’ en línea, con miles de migas por todo el teclado. Tambíen leyendo disimuladamente una revista de cotilleo como ‘People’ en un navegador más pequeño.

Ahora que tienes una idea del ámbito corporativo (y tal vez ganas de buscarte trabajo por allí), hablemos sobre el miedo a hacer preguntas.

El miedo a parecer tonto

Puede haber reticencia en un entorno corporativo a admitir: “Yo no sé” por el miedo a que se interprete esto como ‘Soy un idiota incompetente que no merezco trabajar aquí. Debería regresar a mi mesa de trabajo, empacar mis cosas en una caja e irme a casa.’

Para ser justo, deberíamos saber algo de nuestro campo de especialización. No se vería bien si el cliente preguntara: ‘Bueno, ya que habéis presentado el Powerpoint de *bostezo* 200 diapositivas de analisis, ¿deberíamos seguir adelante y comprar esta empresa por un precio de €XXMM?’ y nuestro Director General respondiera: ‘Errr… no tengo ni idea.. ¿Qué piense usted?‘.

El debería regresar a su mesa de trabajo, empacar sus cosas en una caja e irse a casa.

No me refiero a las situaciones cuando deberías saber algo (es tu responsabilidad saber). Estoy hablando de las situaciones cuando sinceramente no sabes algo pero estás reticente a preguntar.

¿Soy yo el único que está confundido?

A veces tenemos miedo a admitir la ignorancia en un entorno grupal porque asumimos (a menudo erróneamente) que somos los únicos que estamos confundidos.

Esto se puede ver en las reuniones en el mundo corporativo. Por ejemplo, me acuerdo de unas sesiones de lluvia de ideas, cuando todos estaban emocionados por las ideas nuevas. Llegamos al final del reunión, con todo el mundo asintiendo en acuerdo, pero yo estaba confundida y preguntándome ‘Pero, ¿¡que decidimos al final?! ¿Por qué todo el mundo lo entiende y yo no?’.

Sin embargo, si alguien en una reunión tenía el coraje de preguntar ‘Estoy confundido. ¿Puedes aclarar esto?‘ – a menudo resultaba que había otra gente confundida. Sólo que nadie quería ser la persona que dijera “Suena genial jefe, pero …errr… ¿Qué quieres decir exactamente?’

Cada uno asumió que era la única persona confundida y que todos los demás entendían lo que estaba sucediendo (en la psicología esto se conoce como ignorancia pluralista). Del mismo modo, nuestro jefe pensó que todos comprendíamos, ya que nadie preguntaba nada.

La presión social de grupos puede aumentar la tentación de permanecer en la ignorancia en lugar de arriesgarse a parecer tonto al hacer preguntas.

El problema de no admitir tu confusión es que tú (y los demás) permaneces en la ignorancia. La única manera de aclarar las cosas es preguntando.

Además, preguntar temprano es mejor. Es mucho más fácil admitir que no has entiendo algo que te han dicho hoy que admitir a tu jefe que no entiendes bien un proyecto en el que has estado trabajado por 10 meses.

A medida que adquiría experiencia, descubrí que prefería hacer preguntas y arriesgarme a parecer tonta a sufrir la agonía de quedarme en confusión. También descubrí que hacer preguntas se veía positivamente, como una muestra de curiosidad e iniciativa. Tuve la suerte de trabajar en entornos donde se fomentaba hacer preguntas y con el tiempo se convirtió en un hábito.

Admitir ignorancia otorga más confianza

En el trabajo de inversiones financieras, pasamos mucho tiempo analizando los riesgos y beneficios de inversiones en empresas. Para las oportunidades de inversiones más avanzadas, hacíamos ‘comprobaciones debidas’ o ‘due diligence’.

‘Due diligence’ significa investigaciones para evaluar los costos, riesgos y beneficios de una inversión. Por ejemplo, cuando te tomas en serio la compra de una casa, en lugar de admirar las terrazas y las encimeras de mármol, comienzas a examinar las paredes para detectar signos de termitas y moho.

Una gran parte de nuestra ‘due diligence’ implicaba hacer preguntas. Si la gerencia de la empresa que estábamos analizado no sabía la respuesta a una pregunta, nos pedía que le diéramos más tiempo. Esto era una parte normal del proceso – admitir la ignorancia no se veía negativamente.

Por el contrario, si la gerencia hubiera tratado de ocultar su ignorancia (o peor aún, mentido), esto habría planteado algunas dudas serias, no solo en relación con la pregunta que habíamos hecho, sino con la integridad del equipo.

Alguien que siempre admite cuando no sabe algo da más confianza cuando te dice algo que sí sabe. Por el contrario, encubrir o mentir sobre la ignorancia puede resultar en decisiones basadas en información poco fiable y destruir la confianza.

Acostumbrarte A Hacer Preguntas

‘La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.’

Sócrates

Hacer preguntas y admitir ignorancia es beneficioso en todos los aspectos de la vida. Es la manera de aprender y crecer.

Y no me refiero a cuando POR FIN admites que realmente no tienes un GPS en tu cabeza y tienes que pedir indicaciones para llegar a un sitio.

Aprender a admitir “No sé” es relevante en muchas situaciones cuando estamos demasiado avergonzados u orgullosos como para hacer una pregunta porque pensamos que ya deberíamos saber la respuesta. También deberíamos aprender a reconocer cuando estamos haciendo suposiciones en lugar de preguntar.

Por ejemplo:

  • ¿Has preguntado a tu pareja lo que le gusta realmente en la cama (puede que te sorprenda)?
  • ¿Sabes de verdad cual es la preocupación más grande de tu hijo / esposa / mejor amigo o solo supones que lo sabes?
  • ¿Cuando tienes que tomar una decisión importante, admites lo que no sabes y pides ayuda?
  • ¿Si una decisión que ya has tomado no está saliendo bien, estás abierto a considerar que tal vez te falte algún consejo útil?
  • ¿Con qué frecuencia cuestionas tus creencias, particularmente las que limitan tu crecimiento personal? ¿Cuestionas las excusas que pones para no probar cosas nuevas?

Estar abierto a admitir que (i) no sabes algo o (ii) algo que creías tal vez no sea correcto, te brinda la oportunidad de crecer y aprender. Además puedes conectar mejor con las personas que te importan.

Volverte Sabio Al Parecer Tonto

Admitir que no sabes algo puede ser difícil. Significa vulnerabilidad, así que necesita el coraje. Significa salir de la zona de confort de la certeza al territorio de lo desconocido.

Sin embargo he notado que hacer preguntas es una habilidad que se puede mejorar. Puedes aprender a cultivar una actitud de humildad y curiosidad. Cuando te enfrentas a la incertidumbre, en lugar de ponerte a la defensiva u ocultar tu ignorancia, puedes elegir verla como una oportunidad para aprender y crecer.

Además, las personas que son muy buenas a hacer preguntas son algunas de las personas más sabias que conozco.

Entonces, sé valiente y arriésgate a parecer tonto para volverte sabio.

‘El mayor don es no tener miedo a preguntar.’

Ruby Dee

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