Si nos comparamos constantemente con los demás, podemos acabar sintiéndonos inferiores y desanimados. Cómo ser inspirados por otros mientras nos apreciamos a nosotros mismos.
“Cuando Akiba estaba en su lecho de muerte, se lamentaba con su rabino de haber sido un fracaso.
Su rabino se acercó y preguntó por qué, y Akiba confesó que no había vivido una vida como la de Moisés.
El pobre comenzó a llorar, admitiendo que temía el juicio de Dios.
Ante esto, su rabino se acercó a su oído y le susurró suavemente: “Dios no juzgará a Akiba por no ser Moisés. Dios juzgará a Akiba por no ser Akiba.”
El Talmud (Mark Nepo – “The Book of Awakening”)
La admiración es inspiradora. Ver la sabiduría, el coraje o los talentos de otros puede motivarnos a esforzarnos para mejorar nuestras vidas o las vidas de los demás.
Sin embargo, a veces en vez de inspirarnos, la comparación nos hace sentirnos inferiores. Aún peor, a menudo no nos comparamos con modelos a seguir, sino miramos a la gente que nos rodea. Una compañera que parece que tiene más éxito. Un amigo que parece más guapo. Las vidas de los demás pueden parecer más exitosas, glamurosas y fáciles.
“La comparación es el ladrón de la alegría.”
Cuando nos compararnos frecuentemente con otros, dejamos de disfrutar de nuestros propios seres, talentos y vidas. Por consiguiente, dejamos de querer ser nosotros mismos, y en cambio, deseamos ser (más como) otra persona.
¿Quieres Ser Otra Persona?
“Nunca compares tu interior con el exterior de otra persona.”
Si tuvieras la oportunidad de ser cualquier otra persona en el mundo, ¿a quién elegirías? Muchos de nosotros elegiríamos ser alguien famoso. Algunos pelearían por la oportunidad de ser alguien como Enrique Iglesias, Beyonce o Lady Gaga. Sería como el horario de apertura de las tiendas en Black Friday.
Al envidiar a otros, imaginamos que si sólo tuviéramos lo que esa persona tiene (dinero, belleza, fama, un mayordomo, una esposa famosa), seríamos felices. No sufriríamos más por nuestras dudas, inseguridades o miedos.
La creencia de que el dinero conlleva felicidad, la belleza conlleva autoestima y la fama conlleva madurez no se muestra en la realidad. Si los famosos tuvieran vidas llenas de paz y felicidad, habría un cambio total en el contenido de las revistas de cotilleo, junto con una gran caída en ventas.
En realidad, mientras quieres ser como otra persona, esa misma también quiere ser como alguien más. Esto es porque siempre hay alguien que tiene algo mejor que tú.
Además, solemos compararnos con lo que alguien muestra en su exterior (apariencia, estatus, dinero) e ignoramos cualquier problema que pueda tener en su interior (falta de autoestima, soledad). Comparamos nuestro interior con el exterior de los demás y nos quedamos cortos.
Lo que hace que la vida sea placentera no es tanto lo que pasa en el exterior, como lo que tiene una persona en su interior (confianza, inteligencia emocional, conexión, sentido de propósito).

Por qué Hacemos Comparaciones
Los seres humanos son criaturas sociables y la comparación es una de nuestras “herramientas sociales” para supervisar nuestro estatus dentro de grupos. La comparación nos asegura que no estemos excluidos.
Los monos también son criaturas sociables y hacen comparaciones. Un mono puede estar contento con unos cacahuetes, pero cuando ve a un semejante recibiendo un plátano, se pone de muy mal humor. Asimismo, hay estudios que demuestran que la gente prefiere recibir un salario igual a los salarios de su compañeros, que un salario más alto mientras sus compañeros reciben uno aún más alto. Nos importa la igualdad.
Usamos la comparación para asegurarnos de que nos traten de manera justa. El tratamiento desigual enciende nuestra sentido de injusticia y nos motiva a defendernos. Para conseguir un tratamiento justo e igualdad de derechos, la comparación es esencial. Además, la comparación nos puede motivar a crear cambios positivos en nuestras vidas a través de la inspiración que eleve nuestros objetivos y actitudes.
Sin embargo, la comparación sólo es útil si la podemos usar para mejorar algo. Si la consecuencia única es subraya lo que “se carece”, resta felicidad. La comparación es un ejercicio sin fin – “Gusta lo ajeno, más por ajeno que por bueno”.
Además, cuando compararnos a los demás a menudo es para distraernos de las cosas en nuestras vidas que sí podríamos mejorar. Es más fácil decir “Me valoraría más a mi misma si solo fuera más como..” que solucionar tus propios problemas para mejorar la autoestima y la confianza en ti mismo.
Si no puedes parar de compararte con otros y te sientes inferior, no estás solo. Es un problema común, y resulta de la internalización de los mensajes que hemos recibido por todas partes, a menudo desde la niñez. Solo tienes que echar un vistazo a una película o publicidad para enterarte de que la belleza / el éxito / la popularidad parecen ser las cosas más importantes. Sin embargo, son cosas que, aun si nos podrían hacer feliz, están fuera del alcance de la mayoría de nosotros.
Asimismo, como niños recibíamos muchos mensajes acerca de qué necesitábamos hacer para ser un “buen niño” – trabajar duro, no quejarse, ponerse un vestido o traje bonito, obedecer órdenes, ser amable, ganar, obtener buenas notas en la escuela. A pocos de nosotros nos enseñaron cómo amarnos y aceptarnos solo por ser nosotros mismos. No es de extrañar que cuando intentamos hacer la tarea interminable de “ganar” la aprobación y el amor de los demás, acabemos sintiéndonos inferior.
Podemos pasar por toda la vida intentando cumplir con estándares demasiados altos mientras perdemos la oportunidad de disfrutar de ser nosotros mismos. Esforzarse para vivir una vida fiel a sí mismos es un objetivo con mucho más recompensa que la tarea miserable de compararse con otros.

Encontrar Tu Talento
“Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”
Albert Einstein
En vez de desear ser como otra persona, podrías aprender a encontrar lo mejor de tí mismo. Cada uno de nosotros tiene sus propios talentos, cualidades y actividades, los cuales se disfrutan y ayudan a encontrar un propósito. Es nuestra propia responsabilidad descubrir y desarrollar estas cosas. Sin embargo, es difícil encontrar tu propio talento si constantemente miras a tu alrededor y te comparas con los demás.
Aunque no necesariamente seas un “genio”, todo el mundo tiene habilidades naturales. No significa que seas campeón del mundo. Ser tú mismo significa abrazar tu propia singularidad y encontrar lo que hay que te llena en la vida. Es encontrar lo que es especial para ti.
Si eres un pez tu talento no será trepar árboles, por mucho que te den envidia tus amigos monos. Igualmente, ellos envidiarán tu habilidad de nadar sin esfuerzo. Además, si eres un pez no tiene sentido quejarse de que tus amigos monos se divierten en los árboles mientras ignoras el océano que tienes delante de ti.
Algo interesante es que a menudo las cosas que más admiramos de otras personas son cosas que reflejan nuestras propias cualidades y potencialidades. Sin embargo, no queremos reconocer estas, tal vez por miedo o modestia. Si admiras mucho una cualidad en otra persona, considera si es una cualidad que tienes pero niegas.*

*En la psicología, esto se refiere a nuestra “sombra” – las partes de nosotros (buenas y malas) que no reconocemos.
Ser Tú
“Sé tú mismo. Los demás puestos están ocupados.”
Oscar Wilde
Oscar Wilde tenía razón. Tienes que ser tú mismo porque no hay otros puestos libres. Entonces, cada momento que pasas deseando ser otra persona es un momento que pierdes de tu vida.
Ser tú mismo significa cambiar el foco de “hacer” a simplemente “ser”. O sea, en vez de valorarnos por lo que hacemos (rendimiento, éxitos, el reconocimiento de los demás), aprendemos que simplemente ser es bastante.
La actividad de simplemente “ser” es un concepto sencillo en teoría pero difícil de hacer. Nos perdemos fácilmente en nuestras vidas ajetreadas. Sin embargo, podemos aprender a pasar y disfrutar de momentos de simplemente “ser”.
Por ejemplo, tú y sólo tú puedes disfrutar de la sensación del sol en tu cara. O del agua del mar en tu piel. O de un helado derritiéndose en tu boca. O de la sensación de un fuerte abrazo. No puedes experimentar estas cosas a través de otra persona. Sólo tú, a través de simplemente ser.
Eres Alguien Especial
“Una flor no piensa en competir con la flor de al lado. Simplemente florece.”
Cada persona tiene algo especial. No tienes por qué dejar que lo especial de otra persona te impida encontrar lo que es especial sobre ti.
Es tu vida y sólo tú puedes disfrutar de ella. No pases más tiempo envidiando a los monos en sus árboles – respira hondo y zambúllete en el gran océano de oportunidades que te espera. 🐠 🌊 💛